viernes, 31 de enero de 2014

De la chinola y otros desastres




Según la Ley de Murphy: ''Todo lo que pueda salir mal, saldrá mal.'' y eso lo comprobé hoy con este intento de Mousse de chinola que terminó en algo así como helado o más bien cosa rara parecida al helado. 

Para empezar, debo decir que me encanta la chinola. ¿El cheesecake? de chinola; ¿El juego? de chinola y las paletas de coco porque ahí sí hago la excepción. Donde hay chinola, no miro si no es en esa dirección. 

La otra noche estuve buscando después de ver una publicación en Instagram de una crema de chinola, una receta que llevara la fruta y que fuera fácil de hacer; siendo justamente Melissa B. quien hizo una publicación sobre un napoleón de mousse de chinola en el Lunes Latino de su blog Hungry Food Love y me decidí a hacerlo.

Los ingredientes son pocos y se pueden encontrar en cualquier supermercado. La receta es tan fácil ya que tan solo lleva 1 taza de crema de leche, 3/4 de taza de leche condensada y 1/2 taza de jugo de chinola (yo usé concentrado) y pensé ''míralo aquí! El post de esta semana!''. Compré todo y me dispuse a preparar. El primer paso es montar la crema batida. Para ser sincera, nunca había montado crema antes y no sabía que tenía cierta ciencia para hacerlo. Quien no sabía este dato, se lo proporciono: la crema de leche debe estar súper fría y el recipiente donde se va a batir también debe estar frío para que así la crema suba más rápido. Como yo no sabía esto, no se montó mi crema por más rato de durara en la batidora.

Al ver que ésto pasaba, lo dejé a un lado y me dispuse a hacer la mezcla de chinola para el mousse: concentrado de chinola y leche condensada. Así de fácil, sin complicaciones. Solo se tiene que mezclar bien y dejar en la nevera por una hora para que espese. 

Cuando terminé de esto, volví a ''emburujarme'' con la crema de leche que me estaba haciendo pasar trabajo. Descarté la que tenía, enfrié más crema y enfrié también el bowl de la batidora y cuando todo estaba listo para montar, ¡conecté mi batidora y a batir crema! 

A los 8 minutos veo que se está espesando el ''asunto'' y me puse felíz. Pensé que por fin me iba a salir como era. La receta dice que se debe batir hasta formar picos suaves. Mis picos suaves sí llegaron, sí se formaron pero la batí de más y se me dañó. El lío era que ya no me quedaba más de crema y en un acto de locura, la puse en el freezer  ver si se endurecía un poco. Me pasé 2 horas entrando el recipiente y sacándolo de nuevo hasta que en una le encomendé a Dios y a la Virgen lo que acababa de hacer y acto seguido ligué la mezcla de chinola con el intento de crema batida y lo puse en el freezer toda la noche, me olvidé de eso y que el frío, la leche, el concentrado, la leche condensada hicieran lo suyo y que El Señor metiera su mano para ver lo que salía. 

Para mi sorpresa cuando llegué a casa, y abrí la nevera con una sensación de espanto ligado con emoción y curiosidad, encontré un helado. ¡QUE BONITO! Me encontré un helado súper cremoso con un fuerte sabor a chinola que fué simplemente perfecto para mí. Nunca me había alegrado tanto de que algo me saliera mal ¡y yo de tonta asustada! 

Se dice que de los errores se aprende, y puedo decir que después de la angustia que pasé, no vuelvo a dañar crema batida al prepararla. Julia Child dijo una vez:
 ''This is my invariable advice to people: Learn how to cook, try new recipes, learn from your mistakes, BE FEARLESS, and above all have fun.'' 

Blondie. 

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