Y es que la comida puede ser transformada en muchas cosas, algunas hasta inimaginables. Ahora me pongo a pensar en la cara de desaprobación que ponía, siendo pequeña cuando mi Mamá me servía arroz con garbanzos seguido del famoso ''Ayyy Mami, en serio!? Yo quiero habichuela!! No hay en la nevera para calentar?''. Pero la vida te hace recapacitar y ver que el pobre y repudiado garbanzo puede convertirse en tan rico.
Yo, renuente a hacer algunas cosas en mi vida, le dí una oportunidad al faláfel y aquí estoy, de lo más felíz, comiendolo cada vez que puedo.
Ingredientes:
- 1 libra de garbanzos crudos
- Media cebolla
- 1/2 taza de cilantro pequeño fresco
- 1/2 taza de perejil fresco
- 2 dientes de ajo
- 2 cucharaditas de comino molido
- 1 taza de pan rallado o harina
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de bicarbonato
- 1 pizca de pimienta negra molida
- Aceite para freír
Preparación:
Dejar los garbanzos en remojo desde la noche anterior.
En una licuadora o procesadora, trirurar los garbanzos. Recomiendo que se haga con pequeñas cantidades a la vez para que sea mas efectivo. Hasta que quede una pasta.
Mezclar con los garbanzos.
Hasta crear una ''masa'' compacta.
Se pueden comer así o hacer un sandwich de pan pita con lechuga, tomáte y salsa de yogurt y pepino.
Para la salsa se mezcla yogurt natural (no de vainilla) espeso, pepino rallado (sin cáscara, cortado a la mitad, sin semilla), 1 diente de ajo triturado, puerro picadito, unas gotas de zumo de limón, sal, pimienta e hierbabuena fresca.
Happy eating!
Amelia.
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